30 Ene Almacenamiento en el Laboratorio: ¿Cómo seleccionar el contenedor adecuado?
Existe una gran variedad de envases para almacenar reactivos en el laboratorio, de diferentes materiales, tipos y formas. ¿Cuál es el contenedor más adecuado? ¿Qué criterios hay que considerar en su selección?
La elección del contenedor adecuado se debe basar en garantizar la integridad, la preservación del contenido (evitando su degradación, contaminación, modificación de propiedades o concentración). También debe facilitar la manipulación, el almacenamiento, preservar la seguridad y salud de quienes trabajan en el laboratorio y minimizar el impacto negativo al medio ambiente.
La elección del envase depende de varios factores, como las características químicas del reactivo, su estado físico (líquido, sólido, gas), su estabilidad, reactividad y las condiciones de almacenamiento necesarias para su preservación (temperatura, humedad, luz, etc.).
Tanto para la compra como en la preparación en el laboratorio, la frecuencia y forma de uso, son importantes al definir la capacidad o volumen del contenedor y su forma (botella, frasco, vial, etc.). La selección adecuada del contenedor contribuye a minimizar riesgos en la manipulación y evitar comprar o preparar en exceso y generar sobre stock: desperdicio de recursos, vencimientos, residuos, etc.
Desde una perspectiva ambiental, además de considerar la cantidad comprada o preparada, el material del envase puede tener impacto diferente a lo largo de la cadena de suministro: durante la producción, las etapas de transporte y en la disposición final. La posibilidad de reuso, reciclado y la forma de disposición de residuos debe cumplir con los requisitos legales aplicables.
En algunos casos, puede ser necesario contar con un estudio de estabilidad sobre los envases para garantizar que los estándares, soluciones u otros preparados en el laboratorio mantengan sus propiedades en el tiempo. Así como también ensayos que permitan validar la limpieza de los mismos en el caso de reutilización.
Para obtener información sobre almacenamiento es recomendable consultar las Fichas de Datos de Seguridad (FDS)/ Safety Data Sheet (SDS).
Algunas ideas generales para considerar en la selección del contenedor adecuado:
Material del envase o contenedor:
Debe ser compatible para evitar reacciones químicas no deseadas y soportar las condiciones de almacenamiento requeridas.
Para reactivos que requieren refrigeración, se deben utilizar envases que mantengan su integridad a bajas temperaturas, como ciertos tipos de plástico o de vidrio resistentes.
En el caso de fraccionamientos, puede ser práctico o conveniente seleccionar un envase del mismo material del envase original.
• Vidrio: Usado habitualmente para solventes orgánicos. Puede ser transparente o ámbar (color caramelo) en el caso de materiales fotosensibles. No recomendado para reactivos como el ácido fluorhídrico (CAS 7664-39-3), debido a la potencial liberación de gases peligrosos, o el hidróxido de sodio (CAS 1310-73-2) que causa corrosión . Existen alternativas reforzadas, como el vidrio borosilicato.
• Plástico: El polipropileno (PP) y el polietileno (PE) son resistentes a materiales corrosivos, como ácidos y bases fuertes. Algunos solventes orgánicos pueden degradar los plásticos.
• Metal: Utilizado para reactivos que pueden ser almacenados en recipientes metálicos sin reaccionar, limitado. No utilizar en caso de materiales corrosivos (por ejemplo: clasificados para el Sistema Globalmente Armonizado: H290).
Tamaño y forma del envase o contenedor:
Debe ser apropiado para la cantidad que se va a almacenar, manipular y utilizar, considerando su caducidad.
En algunas situaciones, puede requerirse un cierre particular para evitar contaminación y/ o pérdida del reactivo, como por ejemplo tapas o tapones con rosca o reforzados. mayor hermeticidad. Existen situaciones especiales, de reactivos que requieren protección adicional para evitar salidas de vapores, fugas, soportar acumulación de gases y/u otras condiciones particulares. Por ejemplo Safety Can/ Bidón de Seguridad para materiales inflamables.
Los frascos de cuello ancho son más fáciles de llenar y vaciar, mientras que las botellas de cuello angosto pueden ser más adecuadas para el almacenamiento de líquidos.
Sin importar cual sea el contenedor seleccionado, debe tener espacio suficiente para ser etiquetado, identificado adecuadamente, permitiendo garantizar la trazabilidad del inventario.
Para la compra, la selección del envase puede significar elegir entre varias presentaciones posibles. Para la preparación de soluciones, medios, fases móviles, diluciones, reconstituciones, etc., puede significar definirlo entre opciones disponibles.

En forma estandarizada, la SELECCIÓN del envase a utilizar debería estar PREVIAMENTE DEFINIDA en sistemas informáticos, instructivos, procedimientos, técnicas, solicitudes de compra, etc. (y, no efectuarse durante el momento de la compra o la preparación).
IDEA: Incluir una foto o descripción detallada del contenedor o envase, específico para facilitar la actividad y minimizar el riesgo de no utilizar el adecuado.
Para continuar leyendo sobre almacenamiento en el laboratorio:
https://osmosyslab.com/practicas-de-almacenamiento-seguro-en-el-laboratorio/
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