22 Ene ¿Cómo organizar reactivos en el Laboratorio?
La primera vez que me enfrenté con el desafío de ordenar el inventario de laboratorio, era estudiante, ayudante en una cátedra de la facultad. “Hay que acomodar ese lío, me dijeron”. Armé fichas y organicé siguiendo un criterio alfabético, como me pidieron, frascos y frasquitos. Primero cationes y revisando la nomenclatura IUPAC que en ese momento tenía fresca en el cerebro. ¡Sí! Era el milenio pasado, la época de las fichas en cartulina y en la que ordenar alfabéticamente parecía lo más acertado.
Hasta donde hoy sabemos, no hay ningún método infalible para organizar productos químicos en el laboratorio. Todos los métodos tienen limitaciones. Sin embargo, pensar en las incompatibilidades químicas y en las condiciones particulares de almacenamiento, es lo que actualmente estamos aceptando como la opción más válida.
Para gestionar las incompatibilidades, hay que clasificar a los diferentes reactivos (incluyendo solventes) en grupos de almacenamiento y asignar los grupos a las diferentes ubicaciones. Esta tarea puede requerir mucho tiempo, si se hace en forma manual, considerando la cantidad de productos químicos que habitualmente hay en un laboratorio.
Como fuente de información para la clasificación en grupos de incompatibilidades, puede utilizarse las Fichas de Datos de Seguridad de Productos Químicos (FDS/ SDS, Safety Data Sheet). En las Fichas de Datos de Seguridad normalizadas según el Sistema Globalmente Armonizado (GHS/SGA), la información para clasificar en grupos de incompatibles puede encontrarse en las secciones: 7, 10, 14 y/o 15.
Cuando un reactivo tiene más de un peligro asociado, puede utilizarse una jerarquía para definir cuál será el grupo de almacenamiento asignado. Considerando primero cuestiones agudas: seguridad- salud- ambiente (lo que genera primero urgencia). Por ejemplo, si un reactivo es inflamable y también tóxico agudo, corresponderá almacenarlo con los inflamables. Si es corrosivo ácido y también tiene efectos crónicos- se almacenará con los ácidos. Por ejemplo, el metanol (de la figura de arriba) con los inflamables y no con los tóxicos (en algunos casos puede decidirse hacer subgrupos para contemplar estas situaciones).
En la organización además de las condiciones de almacenamiento y las incompatibilidades químicas, hay que considerar el estado (sólido, líquido, gel) y la forma de uso (ej. cantidades, frecuencia, técnicas, tipo de uso) para facilitar y simplificar que se encuentren fácilmente disponibles al momento de necesitarlos.
El objetivo cuando se organizar reactivos en el laboratorio- un droguero (por cierto… una forma peculiar de llamarlo en Argentina )- sigue siendo el mismo que el de mi época de universidad: simplificar “el lío” y asegurar la disponibilidad (“que todo esté donde tiene que estar cuando se necesite utilizarlo”) y de esa forma contribuir a cumplir con los requisitos, a minimizar el error, a aumentar la productividad… pero, al mismo tiempo aprendimos que hay que trabajar activamente para minimizar los riesgos en el laboratorio y prevenir incidentes, considerando criterios de sustentabilidad.
Para continuar leyendo sobre ¿cómo organizar reactivos de laboratorio?: y otros criterios a considera pra definir su ubicación de almacenamiento:
https://osmosyslab.com/post/ubicacion-almacenamiento-quimicos/